El análisis de estados financieros es un proceso esencial para la viabilidad y rentabilidad de una PYME. Consiste en el estudio detallado de los documentos contables. Entre ellos, el balance general, estado de resultados, estado de flujo de efectivo y estado de cambios en el patrimonio neto.
Su objetivo es mejorar la gestión del dinero en la organización; no solo el estado actual de las cifras, sino también las debilidades, fortalezas y oportunidades.
En esta guía básica se aborda la selección de los documentos que integran este análisis y sus procesos. Todo ello con la intención de conocer más sobre sus beneficios y sus retos.
El objetivo central del análisis de estados financieros es realizar un diagnóstico del desempeño de las operaciones económicas y de la verosimilitud de sus registros.
Por otro lado, este proceso contable sirve para mantener a la organización al día con sus diferentes compromisos financieros: pagos a acreedores y proveedores, por ejemplo, y también con sus obligaciones fiscales. De este modo, se evitan multas, pérdidas y sanciones.
La principal ventaja del análisis de estados financieros es que significa el establecimiento de una política de transparencia y claridad. Ambas son los pilares para la toma de decisiones en materia de finanzas.
Por una parte, nos referimos a las decisiones estratégicas de la empresa: el destino de los recursos, los proyectos clave y las áreas de oportunidad. Por la otra, también es información fundamental para clientes, inversores y socios que verán en la fortaleza económica de una PYME un valor diferencial.
Vale destacar que el análisis de estados financieros permite diseñar una imagen de la situación económica futura de una PYME. Esto se hace a partir de sus condiciones generales y de sus resultados. De esa manera, mide el desempeño de la administración y detecta problemas urgentes.
El recuento económico de una empresa, como hemos señalado, tiene dos objetivos: conocer la situación presente de una PYME y su futuro. Con este fin, el análisis financiero se vale de una serie de herramientas y de técnicas. Veamos las más eficientes.
Los indicadores internos son las herramientas más valiosas con las que cuenta el análisis financiero. Entre los indicadores que una PYME debe considerar se encuentran las razones de liquidez y solvencia, la rentabilidad empresarial y los flujos de caja.
Miden la capacidad de la organización para hacer frente a sus necesidades financieras a corto plazo. Entre ellos, por ejemplo, el fondo de maniobra, el cual determina si la empresa puede responder a sus deudas.
Mide el patrimonio neto de una empresa. Es decir, su capacidad para satisfacer todo el conjunto de sus deudas, sin importar el plazo. Se calcula como la diferencia entre el activo y el pasivo exigible.
Su principal indicador es el ROE (rentabilidad sobre los recursos propios). Es decir, la manera en que los activos de la empresa han generado beneficios.
Este indicador mide la capacidad de la empresa para generar liquidez. Si los cobros son superiores a los pagos en un determinado periodo, el flujo de caja es positivo.
Existen, a grandes rasgos, dos métodos para llevar a cabo el análisis financiero. Se utilizan según el tipo de información con el que se cuenta para realizarlo, ya sean los datos del periodo actual o registros históricos.
Un análisis financiero vertical se realiza con los datos del periodo actual. Con esto, se diagnostica el estado financiero de la empresa en el presente.
Un análisis financiero horizontal se realiza cuando se cuenta con los registros financieros de varios periodos. Con ello, se conoce su comportamiento a lo largo de cierto periodo, lo que permite establecer patrones y tendencias.
En el análisis de razones se define como valor positivo la capacidad de responder a los compromisos financieros.
Si bien los tres tipos de análisis financiero tienen objetivos concretos y beneficios, también presentan limitaciones. Es necesario tomarlas en cuenta antes de aplicarlos sobre tu PYME, de manera que sepas qué aspectos no pueden evaluar.
Análisis vertical: al centrarse en el periodo actual, no es sencillo hacerse una idea del desempeño real de la empresa. Los factores considerados no son suficientes para comprender las tendencias y patrones a los cuales se somete la organización.
Análisis horizontal: aunque es de gran utilidad para comprender las cifras históricas y los ciclos económicos de la empresa, no considera ni mide los gastos extraordinarios; por ejemplo, los generados por accidentes o subidas de tasas de interés.
Análisis de razones: como no se definen los índices que deben considerarse ni tampoco se cuenta con un método definido para realizarlo, su resultado tiene un valor limitado.
Para efectuar este estudio es necesario partir de cierta información:
Perfil de la empresa: qué hace, desde cuándo, cómo realiza su actividad productiva, su desempeño económico y cuál es su principal competencia, entre otros datos esenciales.
Estados financieros: principales indicadores como estado de resultados, estado de cambio del patrimonio e inventarios, entre otros.
Anexos gerenciales: como por ejemplo, presupuestos, proyecciones históricas y proyecciones estimadas, entre otros. Una vez que se cuenta con estos datos, se sigue un procedimiento estándar.
Si bien los indicadores que se deben considerar son muy variados (según el análisis, su vigencia y el tamaño de la empresa), estos pueden clasificarse en indicadores de:
Esta interpretación obedece a un proceso que reúne las siguientes etapas:
Una vez que se han comparado los resultados de la empresa en su contexto y competencia, se determinan las variaciones significativas entre un periodo y otro. La intención es encontrarles una explicación: ¿fueron provocadas por factores externos o internos?
De este modo, se obtienen tendencias y sus razones, de manera que se hace posible realizar proyecciones. Es decir, predecir el comportamiento de la empresa a partir de los datos. Desde esta perspectiva, es posible realizar correcciones del rumbo actual o aprovechar las áreas de oportunidad descubiertas.
El análisis de los estados financieros comprende una serie de herramientas y técnicas que evalúan el flujo de liquidez de una empresa para definir sus fortalezas y debilidades.
Este análisis permite determinar el estado actual de una organización, pero también ayuda a comprender sus tendencias económicas y a establecer proyecciones a futuro.
Si necesitas impulsar el crecimiento de tu empresa a través de los mejores instrumentos financieros, es hora de contactarnos. En Kuspit sabemos potenciar las finanzas de tu empresa con instrumentos de inversión.